Objetivos sostenibles para el 2017

Recién iniciada la estación fría, nos preparamos para la bajada de temperaturas: cambio de ropa en el armario, de alimentación…

 

Entonces, ¿por qué no aprovechar la entrada del invierno para plantearse el reto de ser más sostenible en nuestra casa? Aunque nuestra vivienda no se haya construido bajo criterios de ahorro energético o bioclimatismo, con pequeños gestos cotidianos y un mantenimiento constante podemos mejorar muchísimo la “piel” que nos protege: NUESTRO HOGAR.

 

El reto de Arquitectura y Entorno para los próximos meses es profundizar en una serie de aspectos a tener en cuenta para lograr una casa más sana y sostenible, sin tener que hacer grandes inversiones. Unos consejos de buenas prácticas para mejorar nuestra salud, eco eficiencia y economía en los siguientes temas:

 

  • Confort Térmico
  • Confort Acústico
  • Confort Lumínico/Luz natural y artificial
  • Contaminación electromagnética
  • Calidad del aire interior
  • Ahorro energético y correcto uso de los recursos
  • Minimización y gestión responsable de los residuos

 

En este primer artículo empezaremos por el Confort térmico, aspecto que dependerá de diversos factores:

 

Por un lado, la ubicación y la orientación. Si nuestra casa está orientada a sur y en función del entorno (edificios colindantes, geografía del terreno…), contaremos con el asoleo suficiente en las horas de mediodía para poder aprovecharlo. Para ello deberemos dejar entrar el sol que de una manera natural calentará el ambiente. Del mismo modo, por la noche deberemos cerrar persianas para no dejar escapar el calor acumulado durante el día. Desgraciadamente no todas las viviendas tienen un buen asoleo en invierno, aspecto que deberemos tener en cuenta cuando nos planteamos cambiar de vivienda.

Por otro lado está la envolvente de la casa, es decir las fachadas, cubierta y suelo. La envolvente es quien está en contacto con el exterior y nos protege del clima, vientos, temperatura, humedad, etc.

 

Aproximadamente el 40% de las fugas de calor se producen a través de ventanas y cristales, por eso, el primer paso para mejorar la envolvente será actuar en ellas. Revisar bien los mecanismos de cierre y su estanqueidad (colocando burletes si es necesario) es lo más sencillo e indispensable para evitar las filtraciones de aire. Otro paso es la substitución: si las actuales son de madera se pueden aprovechar los marcos,cambiar solamente los cristales y colocar burletes para impedir la entrada de aire. Este tipo de ventana será mucho más eficiente que una de aluminio y la intervención será más económica. Si se prefiere cambiar totalmente la ventana recomendamos optar por el aluminio con rotura de puente térmico.

Un aislamiento térmico correcto en el resto de la envolvente permite mantener el confort y reducir el uso de calefacción. Por ello si se desea realmente conseguir mejor confort con menor consumo energético en calefacción habrá que actuar en las paredes de fachada, cubierta y/o suelo. Hay diferentes maneras de abordarlo dependiendo de la antigüedad del edificio y de cómo este esté construido. Se puede añadir aislamiento térmico por el exterior, por el interior o en la cámara de aire. Para elegir el sistema se deberán estudiar bien las alternativas posibles.

Optimizar la instalación de calefacción es otro aspecto a tener en cuenta para conseguir el confort térmico en el hogar, para ello es muy importante realizar una revisión de nuestra instalación de calefacciónespecialmente de la caldera, para que funcione de forma óptima y con el mínimo consumo. En cuanto a la instalación de radiadores, es recomendable purgarlos como mínimo una vez al año, al iniciar la temporada de calefacción, así funcionarán a pleno rendimiento todos ellos. Colocar un termostato ambiente programable y válvulas termostáticas a los radiadores también facilitará conseguir que todas las estancias estén a la temperatura deseada de manera constante sin tener que activar o desactivar la caldera manualmente. Durante la noche se deberá bajar la temperatura del termostato o apagar la caldera ya que el cuerpo deberá bajar la temperatura para dormir bien. La temperatura ideal de la habitación en la que duermes estará entre los 15 y los 18 grados.

Por último recuerda ir vestido de acuerdo a la temporada, es decir, no es necesario ni conveniente para la salud, en invierno andar por casa como si fuera pleno mes de agosto.

Os deseamos una Feliz Navidad y un 2017 comprometido con el Entorno y las Personas